1 Corintios

Dos Prioridades Espirituales

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Gary DeLashmutt

1 Corinthians 1:1-17

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Introducción:

Corinto era una de las grandes ciudades en el Imperio Romano (tal vez la tercera después de Roma y Alejandría).  Estaba situada a unos 96 Km. al oeste de Atenas, en un istmo de 7.2 Km. entre Aegean y Los Mares Adriáticos. Como los navegantes preferían que sus embarcaciones fueran acarreadas por tierra antes que rodear el istmo debido a  las peligrosas aguas del sur de Grecia, Corinto controlaba el intercambio naval entre Italia y Asia.

Con toda la gente y el dinero que fluía por Corinto, se hizo famoso por su debate intelectual (“Ellos no hacen nada más que hablar y oír nuevas ideas todo el día”), agitación religiosa (AFRODITA: sacerdotisa/prostituta; ASCLEPIUS: genitales de greda para curar las enfermedades venéreas; BACCHUS: adoración en estado de ebriedad durante orgías; CULTOS MISTERIOSOS: ritos de iniciación ocultista), y corrupción sexual (los Romanos se referían a “Corintianizarse” como sinónimo para la inmoralidad sexual). “Toda la evidencia sugiere que Corinto era el Nueva York, Los Angeles, y Las Vegas del Mundo Antiguo.”

Pablo trajo el mensaje de Cristo a esta ciudad en el año 51 DC, más o menos tres años antes (Hechos 18:1-17), y un gran número de personas creyeron en Cristo.

Desde entonces, las cosas no habían andado muy bien en la iglesia de Corinto. Una lectura casual de esta carta revelará que algunos estaban involucrados en inmoralidad sexual (11:21), otros caían en sincretismo religioso (10:21,22), algunos estaban avergonzados de algunos aspectos claves del evangelio (cruz [1] y la resurrección [15]), y estaban siendo arrasados por la división (1,3,6,11). Para ponerlo suave, ¡la iglesia estaba en caos! Ellos no estaban transformando la cultura Corintia, sino que la cultura Corintia estaba conformando sus pensamientos.

>> ¿Cómo empezarías tú una carta a un grupo como éste? Por la forma que empieza, Pablo revela dos prioridades espirituales…

La Prioridad de la Gracia de Dios (vs1-9)

>> Pablo los corrige, los exhorta, y les advierte en esta carta – no porque los adule, sino porque la verdad más importante del cristianismo es la gracia de Dios.

Pablo agradece a Dios “por la gracia de Dios el cual nos ha dado en Cristo” (vs.4). “Gracia” es la raíz de la cual obtenemos la palabra “caridad”. Es un regalo de Dios que no merecemos que nos da debido a la obra de Cristo.  Debido  a que Cristo estaba dispuesto a recibir lo que no merecía (el juicio de Dios por nuestros pecados), Dios está libre para darnos lo que nosotros no merecemos. Pablo menciona tres implicaciones increíbles de esta gracia en vs.1-9:

ESTATUS DE “SANTO” (vs.2):

Pensamos que los “santos” es un grupo elite de héroes espirituales que alcanzan ese estatus porque no pecan más. Pero Pablo dice que todos los cristianos lo son, a pesar de sus falencias morales. “Santos” y “santificados” tienen la misma raíz, la cual quiere decir “puestos apartes para pertenecer a Dios”.

Dios permanentemente nos confiere este estatus (“santos por nombre”) en el momento en que “llamamos en el nombre de  Jesús”. (NVI “llamados para ser santos (puros)” es poco preciso). Por lo tanto es adecuado y con sentido el referir a cada cristiano corintio (y a cada cristiano aquí presente) como “santos”. El hecho que Pablo recuerda a estos cristianos (con todos sus problemas morales) que ellos son santos es un recordatorio impactante de nuestra  posición delante de Dios, la cual está basada no en lo que hacemos por Dios, pero solamente en lo que Cristo ha hecho por nosotros.

DOTADOS PARA EL MINISTERIO (vs.5-7ª): 

Dios no solamente los hizo santos, también les dio el privilegio de representarlo a él en su mundo y los suplió con habilidades espirituales para hacerlo efectivamente. “Don” se refiere a estas habilidades espirituales, y deriva de la misma raíz que “gracia”.  Vs.6 indica que estos dones son dados en el momento en que recibimos a Cristo.

Todos los cristianos, sin importar cuán inmaduros o dañados, tienen el mismo privilegio.  El don para influir en otros para Cristo Jesús es dado a cada uno de nosotros a partir del momento en que encontramos a Cristo. Si no se me hubiese enseñado esto, no estaría hoy aquí. A pesar de todos mis problemas y mis falencias, el pueblo de Dios me enseñó esto cuando yo era un nuevo cristiano y me desafiaron a descubrir el único o exclusivo rol en el ministerio para lo cual Dios me ha llamado. Esto me dio la gran motivación para aprender la palabra de Dios y pedirle que cambie mi vida.

SEGURIDAD FUTURA (vs 7b,8):

Cuando Cristo retorne visiblemente, él juzgará a la humanidad por sus pecados. Teniendo en cuenta sus pecados, ¿por qué los Corintios “esperaban ansiosamente” este día?  Porque ellos sabían que Cristo “los confirmaría hasta el final sin manchas en el día de nuestro Señor Jesús.”

La traducción NVI desvía aquí. “Hacerte fuerte” es bebaioo, como en vs 6, un término técnico para confirmar o garantizar contratos legales. “Para que seas” no está en el texto. La biblia NVI lo hace sonar como si Pablo estuviera diciendo que Dios los hace fuertes para que sean sin mancha cuando Cristo vuelva. En realidad, él está diciendo que Dios los confirmará sin manchas (en Cristo) hasta el final.

Si tú has recibido a Cristo, tú puedes esperar con ansias el retorno de Cristo, no porque tú eres irreprensible o porque tú esperas vivir una vida irreprensible para cuando él llegue, sino porque él promete confirmarnos irreprensibles en ese día. Ni siquiera pasarás por el juicio de Dios para ver si eres merecedor de la entrada al cielo;  ya te has saltado ese juicio (Jn 5:24).  Esto es debido a la gracia de Dios—el pago de Cristo por tus pecados ha sido de una vez y para siempre asegurándote  tu membrecía en su reino eterno.

>> Si hubiese alguna vez un grupo de cristianos que debiese ser advertido de perder la aceptación de Dios, ¡¡¡éste es el grupo!!! Si existiese el peligro de usar la gracia como licencia para seguir pecando, ¡¡¡éste es el caso!!! ¡Pero Pablo todavía empieza esta carta afirmando la gracia de Dios en los términos más fuertes! El continuará corrigiéndolos, retándolos, amenazándolos con una paliza espiritual (4:21) y llamándolos a vivir una vida consistente con su identidad como cristianos. Pero él no pone en cuestión la aceptación de Dios, o su disposición para darles sus dones, o su promesa de vida eterna porque estas no son dadas para nosotros sobre las bases de nuestras buenas obras, sino que sobre la base de si tenemos o no fe que confía en Cristo y pedirle que nos dé el regalo de gracia. Y es por esto que tú decisión de recibir a Cristo se hace tan importante…

La Prioridad de la Unidad (vs.10-17)

Leer vs 10,11. De todos los serios problemas existentes en esta iglesia, Pablo se refiere a la división  primeramente. Más que los problemas sexuales, más que la confusión doctrinal,  Pablo está horrorizado por el prospecto de creciente división en Corinto. Inferimos a partir de esto que la unidad dentro de la iglesia tiene una importancia enorme. Para poder entender por qué él prioriza la unidad tan altamente, debemos entender lo que división es. Existen muchos malentendidos al respecto.

Pablo no está hablando acerca de división organizativa. Es posible para los cristianos dividirse en iglesias distintas en organización y sin embargo permanecer unidas.  Por el otro lado, también es factible que los cristianos estén en la misma iglesia local (como los cristianos de Corinto) y sin embargo estar totalmente divididos.

Tampoco está hablando de los cristianos que difieren en doctrinas no esenciales  o temas de estrategias.  Los Cristianos pueden estar en desacuerdo profundamente unos con otros en estos temas, hasta el punto de trabajar separados unos de otros (ver Hechos 15: 36-41), y todavía estar unidos. O pueden estar de acuerdo en virtualmente todas las doctrinas y estrategias, y aún estar profundamente divididos.

La división ocurre cuando los Cristianos “pelean” (vs 11) entre ellos.  Cada vez que Pablo usa este término, se refiere a conflictos que afloran de cosas como envidia, celos, amargura, malicia, avaricia y contiendas (Rom.1:29; 13:13; 1Cor.3:3; 2Cor.12:20; Gal.5:20; Fil.1:15; 1Tim.6:4; Tito 3:9). En otras palabras, división es el conflicto de relaciones entre cristianos que aflora a partir de actitudes pecadoras de una o de ambas partes.

Opuestamente, la unidad es el amor personal que los cristianos tenemos para cada uno basado en el amor común por Cristo. Cuando los cristianos se relacionan unos con otros de esta manera, suelta el Espíritu de Dios en una forma única. Los no cristianos son tocados por la calidad de la comunidad cristiana la cual ellos anhelan pero no pueden encontrar en el mundo (Jn:13:34,35). Los cristianos están poderosamente estructurados y motivados para crecer y servir a Dios.

No es de sorprenderse que Satanás trabaje tan fuerte para difundir la división. Igual como en una guerra normal, así también es en la guerra espiritual, la máxima “divide y conquista” se mantiene vigente. En los primeros años de esta iglesia (Xenos, Christian Fellowship), no podíamos nunca llevar a cabo ninguna cosa porque la división era un evento anual. A través de los años, cada grupo en casa que tenía un fracaso tenían un equipo de liderazgo dividido. Aquellos de nosotros que hemos experimentado una división reciente en nuestra iglesia sabemos lo desmoralizador que puede ser.

¿Cómo comienza la división? No es siempre obvio hasta que ha explotado completamente. Sus síntomas pueden ser muy sutiles.

ADULACION INMADURA DE LOS LÍDERES HUMANOS: Este era el síntoma en Corinto (leer vs. 12; 3:3,4). Pablo vio evidencia de división por la forma que ellos hablaban acerca de sus líderes espirituales. No era que alguno de ellos les gustara la manera de predicar de Pablo más que el estilo de Apolo o de Pedro. No era que alguno de ellos, se sintieran especialmente agradecidos por como Dios ha trabajado a través de uno de ellos por traerles a Cristo o ayudarles a crecer. No hay nada de malo con este tipo de afinidades y afectos. Pero su disposición a “pelear” por estos motivos los delataba indicando que alguna otra cosa, algo de la carne, estaba ocurriendo. Yo sospecho que estaban hablando mal de los otros líderes (y tal vez tratando de  ponerlos uno en contra de los otros) más que estar simplemente hablando de sus líderes favoritos.  De cualquier forma, Pablo no se sentía mejor que otros por estas preferencias; él estaba horrorizado (leer vs.13-17).    

Nuestra primera lealtad debiera ser a Cristo. El fue crucificado por nosotros. El es Aquel con quién nos hemos comprometido a seguir. Leer 3:3-9. Los líderes debieran ser vistos simplemente como los sirvientes de Dios, gente a través de los cuales él trabaja en formas especiales para traer a personas a Cristo y darles alimento espiritual y guiarlos. Ellos no quieren que se les diga cuánto más grande son que los otros líderes. Ellos quieren que la gente que los sigue ame a Cristo primero y le sirva y respete a los otros líderes.

PECADO NO ARREPENTIDO: Algunas veces los cristianos divulgan división porque ellos están en pecado pero no quieren confrontarlo. En Tito3:10,11, Pablo dice a Tito que trate con firmeza a las personas que causan división, recordándole que ellos están “pervertidos y en pecado, condenándose a sí mismos.” Cuando Dios nos confronta con nuestra impureza moral a través de otros cristianos y no queremos arrepentirnos, la respuesta natural es denigrar a la persona que nos corrige y tratar de desacreditarle ante uno mismo y los demás. Este es el comienzo de la división (ver 4:3-5).

Si tú tienes enemistad hacia alguien que te ha corregido, ¡juzga tu propia carne en vez de la persona que le importó lo suficiente para tratar de ayudarte!

AMBICIONES EGOÍSTAS: A veces los cristianos esparcen división porque ellos desean construir sus propios reinos. En 3 Juan 1:9,10, Juan les advierte de Diótrefes quien injustamente acusó a Juan con palabras malversas y activamente trató de poner a otros cristianos en contra de él. ¿Por qué hacía esto? Porque él “amaba ser el primero entre ellos”. Diótrefes evidentemente quería poder y los beneficios que vienen con este, y encontró que el liderazgo eclesiástico era una buena avenida para esto. Pero esta actitud piensa que los líderes fuertes y santos son una amenaza, y se procede a desacreditarlos.

Santiago habla de la misma actitud en Stgo.3:14-16. ¿Quién puede negar que algunas veces la razón para dividirnos de otros cristianos sea porque estamos celosos de que ellos agarren la atención que nosotros queremos, o porque ellos tienen posiciones de influencia que nosotros codiciamos? Esto es putrefacto, pero está en cada corazón y debe ser juzgado o terminará en división.

FALTA DE UN PROPÓSITO APROPIADO: Cuando los Cristianos no se quedan enfocados en alcanzar a otros, a los perdidos, y edificar a otros cristianos, ellos se vuelven vulnerables a la división. Un enfoque interno hace más fácil comenzar a enjuiciar las actitudes y los errores de los demás. Pero un enfoque externo, de servicio estimula la unidad (Fil.1:27; 2:2).

¡¡¡¡¡Atesora la unidad y sé diligente para preservarla (Efe 4:1-3)!!!!!

Nota al Pie

Gordon Fee, The first Epistle to the Corinthinas, p.3